La retina es una estructura compleja formada por varias capas, las cuales pueden dividirse funcionalmente en dos partes: una interna y una externa. La parte interna comprende la capa fotosensible de conos y bastones, y sus conexiones nerviosas que captan luz y la convierten en impulsos nerviosos eléctricos, los cuales son transmitidos mediante el nervio óptico. La parte externa incluye el epitelio pigmentario retiniano (EPR) y su lámina basal denominada membrana de Bruch, ambos mantienen la integridad de la barrera entre la coroides y la retina, también conocida como barrera hemato-retiniana externa. La coroides se encuentra entre la retina y la esclerótica y constituye la principal fuente de irrigación sanguínea de la mitad externa de la retina. El EPR está constituido de una monocapa polarizada de células hexagonales pigmentadas y su integridad es esencial para la visión, con funciones tan importantes como el transporte de nutrientes, iones y agua; la captación de la vitamina A circulante, su almacenamiento bajo su forma esterificada y su transformación en retinol, para después transferirla hacia los fotorreceptores; la eliminación del material de desecho acumulado al nivel de los fotorreceptores; la absorción de luz; la protección en contra de la fotooxidación y la secreción de factores esenciales para mantener la integridad estructural de la retina. Son muchos los padecimientos que afectan a la retina, sin embargo, la retinopatía diabética es la principal causa de ceguera a nivel mundial y ocupa en México el primer lugar de las complicaciones oculares entre los más de 10 millones de pacientes diabéticos. Si bien la retinopatía diabética proliferativa representa el mayor riesgo de ceguera en pacientes con diabetes de tipo 1 (forma juvenil), el edema macular diabético disminuye la agudeza visual en casi la totalidad de los pacientes con diabetes de tipo 2 (relacionado principalmente con alteraciones metabólicas). El edema macular se debe, principalmente, a un derrame vascular iniciado por la ruptura de la barrera hemato-retiniana. Aunque la gran mayoría de los estudios se han enfocado en estudiar el deterioro de la barrera hemato-retiniana interna y la capa fotosensible de la retina, actualmente se considera que como parte de la barrera hematoretiniana externa, el EPR juega un papel crucial en dicho padecimiento. En el presente artículo, se revisarán las principales funciones fisiológicas del EPR, con un enfoque especial en las alteraciones sufridas por el EPR en el contexto de la retinopatía diabética
The retina is a multilayer structure that can be functionally divided into an inner and an outer part. The inner part consists of the photosensitive rods and cones that receive light and the nerve connections that convert it into electrical impulses which are subsequently transmitted through the optic nerve. The outer part includes the retinal pigment epithelium (RPE) and its basal lamina, the Bruch’s membrane, which together form a barrier, known as the outer bloodretinal barrier, between the choroids and the retina. The choroid lies between the retina and the sclera and is the main source of blood to the outer half of the retina. The RPE is composed of a polarized monolayer of pigmented hexagonal cells, and its integrity is essential for vision. Its main functions include nutrient, ion, and water transport; uptake of circulating vitamin A, its storage as an ester, its conversion to retinol, and then its transfer to the photoreceptors; elimination of waste material accumulated at photoreceptors, light absorption, protection against photo-oxidation, and secretion of factors essential for maintaining the structural integrity of the retina. Diabetic retinopathy is the leading cause of blindness worldwide and is the most frequent diabetes-related ocular complications in Mexico. Whereas proliferative diabetic retinopathy is the most common sight-threatening lesion in patients with type 1 diabetes (juvenile form), diabetic macular edema is the primary cause of poor visual acuity in those with type 2 diabetes (related mainly to metabolic disorders). Diabetic macular edema is primarily due to vascular leakage caused by rupture of the blood-retinal barrier. Although most scientific studies focused on the disruption of the inner blood-retinal barrier, the EPR as a component of the outer blood-retinal barrier is now considered as an essential player in diabetic macular edema pathology. Here, we will describe the main physiological functions of the EPR and will also focus on the alterations of the RPE in the context of diabetic retinopathy