Uniformidad educativa: ¿proyecto frustrado?

Abstract

A finales de 1889, las autoridades educativas impulsan el primer Congreso Nacional de Instrucción Pública para resolver un problema que reiteradamente se había denunciado a lo largo del siglo XIX: la falta de uniformidad en la educación bajo los principios de obligatoriedad, gratuidad y laicismo. Varios fueron los temas que abordaron, los educacionistas de la época, para ser resueltos, uno de ellos toca el trabajo: la pobre educación recibida por la mujer, siendo ella el factor esencial del progreso humano. El diseño y elaboración del Programa general de la enseñanza primaria obligatoria impulsaría una educación uniforme, igualitaria, moderna y coadyuvaría al progreso que requería nuestro país. La tesis de este trabajo es que la existencia de un paradigma educativo en la sociedad mexicana decimonónica, impidió una educación uniforme, igualitaria y justa para la mujer, pues si bien manifestaban que era una gran injusticia dejar en la ignorancia a las niñas, por lo que era necesario que los dos sexos tuvieran una instrucción común, también estimaban indispensable que a cada uno se le debía preparar para sus funciones especiales: el hombre para gobernar, la mujer para su casa

The First National Public Education Symposium was held to the end of 1889 with the aim to solving a problem that had been reiteratively denounced by educators along the 19th century: the lack of uniformity in education under the principles of obligatory and cost-free nature, and laicism. There were several subjects tackled by participants, one of them is the prime matter of this work: the poor quality of education given to women, in spite of recognizing being her a fundamental factor in human progress. The design and elaboration of the General Program for Compulsory Primary Education was aimed promote a modern, uniform and equalitarian education so necessary in the country. The main thesis of this work is that a widely accepted educational paradigm by the end of the 19th century, Mexican society prevented such purpose from being carried out, with respect to women education. Although educational authorities did declare that it was a great injustice to segregate girls from the knowledge given to boys, in practice they provided education for each sex according to their expected role in society: men to rule and women to obey them and stay at home